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1992, junio 7: IMPROVIDUS, APTO QUOD VICTUM

Para el 7 de junio del año 1992 iniciaba sus operaciones el nuevo Organismo de Inteligencia del Estado. Por una de esas jugadas que hace el destino, alguien, al escribir el nombre de esta nueva institución en la ley que le daría vida, agregó una letra en una de sus palabras que, aunque siempre ha pasado desapercibida por las personas y funcionarios que desconocen el real giro de la inteligencia, le cambia el sentido en que se percibe la institución y puede llegar inclusive a cambiar radicalmente el giro de sus operaciones.

Esta letra se agregó en la segunda palabra “de”, convirtiéndola en: “del”, en el nombre Organismo de Inteligencia del Estado. Un significado correcto y como debió haber quedado escrito es Inteligencia de Estado, y no Inteligencia “del” Estado, como quedó el nombre en la ley. El nombre correcto le da un significado estratégico a la labor del Organismo y no operativo, como un instrumento, como quedó en el nombre establecido por la ley. Esta letra ha agudizado la mala percepción que los civiles tienen de una agencia de inteligencia, al relacionarla solo con las críticas operaciones que se ven en las películas.

Normalmente, la palabra inteligencia es sinónimo de espionaje para los desconocedores del tema. Lo anterior convierte esta increíble profesión en una actividad vulgar de simple espionaje. Aunque quizás, las películas de James Bond le dieron un halo de refinamiento totalmente ajeno a lo cotidiano de los oficiales de un servicio de inteligencia.

En esencia, un oficial de inteligencia recolecta información siguiendo los lineamientos estratégicos que establece el catálogo estratégico de recolección de información.

Cada estado define sus prioridades de largo plazo, para alcanzar un desarrollo que permita a sus habitantes una convivencia pacífica dentro de las razonables comodidades que su etapa proporcione. Estas prioridades implican un curso de acciones a seguir, donde se presentan las naturales eventualidades de la vida misma. Es misión del servicio de inteligencia entonces, recolectar toda la información relacionada con ese proceso para elaborar análisis estratégicos que permitan a los dirigentes de la nación, contar con una herramienta más para la toma de trascendentales decisiones.

Esto significa que el servicio de inteligencia debe trabajar sobre todas las áreas de la actividad nacional, y no sólo en el área de la seguridad como se entiende a nivel público.

Todo lo anterior vuelve indispensable que los servicios de inteligencia estén enmarcados dentro de un sistema de gobierno totalmente democrático y que sea entendido como tal, dentro de un giro totalmente civil y no perteneciente al área de las fuerzas públicas, militar y policial.

Este concepto y noción de la inteligencia de estado, es bastante ajeno a los actuales dirigentes de los países latinoamericanos, siendo que en estos países todavía prevalecen las imágenes del pasado llenas de dictaduras militares y donde la seguridad pública y ciudadana era exclusiva de los ejércitos y las fuerzas de seguridad públicas que estaban bajo control militar.

En esos tiempos, la inteligencia era utilizada mayormente como instrumento de espionaje y persecución política de los opositores a los gobiernos, desnaturalizando la verdadera esencia de la inteligencia de estado.

Desafortunadamente, este mal uso de la inteligencia todavía prevalece en algunos países en el actual siglo 21.

Writen By: centurion

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